Hace unos años, la educación sufrió un cambio radical, ya que, con la expansión del Internet, se empezaron a introducir las nuevas tecnologías en nuestras aulas, dando así una verdadera revolución en el mundo de la docencia. El lápiz, el papel y los libros, es decir, los indudables protagonistas de la educación tradicional, fueron paulatinamente reemplazados por los ordenadores, las tabletas y las tecnologías interactivas. Antes de nada, por la estrecha relación que tenemos con este aspecto, me gustaría mencionar un beneficio que acarrea la implantación de las nuevas tecnologías en las aulas: la aparición de diferentes modalidades de aprendizaje. Gracias a esto, se abre la posibilidad de aprender a distancia y esto, numerosas veces, también permite una mayor flexibilidad de horarios. De esta forma, la gente que trabaja o tiene otros quehaceres también cuenta con la posibilidad de seguir formándose. Sinceramente, pienso que, además de lo comentado en las anteriores líneas, la ...